L’implant dental, és un producte sanitari dissenyat per substituir l’arrel de la dent, col·locant després sobre ell, una funda enroscada o cimentada, és la millor manera de reemplaçar les dents naturals que falten.
Habitualment tenen forma roscada i estan fabricats amb materials biocompatibles, permeten la unió de l’implant a l’os, hi ha diverses classes (segons la zona on es vagin a col·locar) fem servir de titani o ceràmics.
El pacient pot mastegar còmodament, somriure i parlar amb la mateixa naturalitat i seguretat que ho feia amb les seves pròpies dents.
Com tot té un començament, aquí us relatem una mica de la seva història.
Se ha demostrado que los mayas, han utilizado los primeros ejemplos conocidos de implantes dentales (implantes endo-óseos incrustados en el hueso).
Arqueólogos en Honduras, encontraron una mandíbula perteneciente a una mujer de unos veinte años (fechada 600 AC), la cual tenía tres dientes en forma de piezas de concha colocada en los zócalos de los tres dientes que le faltaban en los incisivos inferiores.
Estudiaron el espécimen mandibular señalando la formación de hueso compacto alrededor de dos de las conchas.
La historia de los implantes dentales de titanio nace a partir de los conceptos estudiados y desarrollados por el Dr. PI. Branemark.
En la década de 1950, se llevó a cabo una investigación en la Universidad de Cambridge en Inglaterra para estudiar el flujo de sangre en vivo.
Se ideó un método de construcción de una cámara de titanio que se incrustaba a continuación, en el tejido blando de las orejas de los conejos, observaron como se regeneraba hueso alrededor del titanio.
El Dr. Leonard Linkow colocó el primer implante dental en el año 1952.
Mientras tanto, un médico italiano llamado Stefano Melchiade, entendió que el titanio se podría utilizar para restauraciones dentales y después de diseñar un tornillo de titanio para mantener su propia prótesis dental, en 1959 comenzó a usarlo en muchos pacientes en su clínica dental. Los buenos resultados de los estudios clínicos en seres humanos fueron publicados en 1966.
Branemark llamó a la adhesión de hueso con el titanio como “oseointegración“ (la conexión directa estructural y funcional entre el hueso vivo y la superficie de un implante sometido a carga funcional).
En 1965 Branemark, que era por entonces el profesor de Anatomía en la Universidad de Gotemburgo en Suecia, puso el implante dental de titanio por primera vez en un voluntario humano.
El titanio presenta unas características mecánicas muy adecuadas, ya que su dureza permite soportar cargas oclusales elevadas y su grado de elasticidad es muy parecido al del hueso.
Este descubrimiento científico ha cambiado hoy en día a pasos agigantados la práctica de la implantología.
A lo largo de la historia se han desarrollado varios tipos de implantes, pero en la actualidad se admite que el implante dental más estable es aquel que tiene forma de tornillo, con una superficie de titanio rugosa y presenta cuello (zona por donde se une a la fase protésica).
Al reponer las piezas dentales perdidas o ausentes mediante implantes dentales, se conserva mayor cantidad de hueso alveolar ya que este se reabsorbe al no recibir ningún tipo de estímulo. De ahí la importancia de esta técnica en la rehabilitación dental. En casos clínicos en que la altura o anchura del hueso resulta insuficiente para la colocación de los implantes existen diferentes técnicas quirúrgicas para su solución, como son los injertos de hueso y la elevación de seno maxilar.