El estrés a veces provoca problemas bucodentales, agravando así disfunciones de la articulación mandibular.

Se ha observado que debido a el confinamiento y la pandemia se han multiplicado las personas que sufren esta disfunción, demoninada bruxismo.

Causas de este aumento de casos en la población:
– El miedo al contagio por el SARS-CoV-2

– La angustia provocada por la pérdida del empleo como consecuencia del coronavirus.

– El estrés propio del confinamiento.

Hoy en día, las razones para estar preocupados son muchas y eso pasa factura, incluso, mientras dormimos. De hecho, se estima que los casos de bruxismo por el confinamiento han aumentado un 70%, siendo actualmente una de las causas de mayor afluencia a consultas externas y a urgencias si el dolor es severo, la ansiedad y el estado de nerviosismo se “somatiza” y se exterioriza apretando los dientes durante toda la noche e incluso de día, provocando ese malestar laterofacial y cervical.

Chasquidos al abrir la boca, contracturas musculares en cuello y zona lateral de la cara y cabeza, bloqueos mandibulares, dolores de cabeza y de cuello…

Estos síntomas son los motivos más habituales tras los que se esconde la denominada disfunción de la articulación temporomandibular (ATM).

La causa más frecuente es el bruxismo nocturno (rechinar o apretar con intensidad los dientes) relacionado con estados de ansiedad, pero también pueden deberse a las muelas del juicio, ausencias dentales, apiñamiento dental, mala postura al dormir.

Puede presentarse en cualquier persona. Pero el segmento donde aparece con más frecuencia es en mujeres de 30 a 50 años. Durante la crisis ha sido éste también el grupo más afectado, pero hemos visto numerosos hombres en los que el problema se ha presentado por primera vez o se ha agravado.

Si no se trata bien el bruxismo puede provocar graves consecuencias para la salud:

Al apretar, las superficies óseas son comprimidas una contra la otra sufriendo desgaste. El menisco articular es comprimido también y comienza a deshidratarse y a adelgazarse. El estadio más avanzado sería el desplazamiento meniscal o incluso su perforación. Todo este proceso va generando dolor en la zona preauricular, que es donde se encuentran estas articulaciones, así como pérdida de la apertura de la boca y contractura muscular mantenida», asegura Chamorro.

Tratamientos del bruxismo

Una vez diagnosticado, las consecuencias del bruxismo puede tratarse con el empleo de una férula de descarga que minimiza el apretamiento, ya que se comporta como un “parachoques”.

Existen diversos tipos de férulas y la adaptación de éstas debe ser muy minuciosa y si los músculos están contracturados puede tratarse con la inyección de bótox.

Y si el problema va a más, en pacientes con daño articular severo tenemos que realizar tratamientos quirúrgicos.