Uno de los principales objetivos de la odontología es devolver la funcionalidad, confort, estética a aquellas personas que han perdido algún diente.
La pérdida de los dientes (edentulismo) afecta cada día a más personas debido al crecimiento y aumento de la esperanza de vida de la población, situación que provoca serias consecuencias, especialmente en personas mayores, que son las más susceptibles a perder dientes.
Esto tiene efectos psicológicos importantes además de provocar una disminución del hueso mandibular.
Uno de los problemas más importantes de los dientes no tiene que ver solo con las piezas dentales sino que afecta directamente a los huesos. El hueso alveolar necesita estimulación para mantener su forma y densidad, una estimulación que desaparece en el momento que no existe ninguna raíz del diente que la transmita. Cuando se pierde un hueso esta falta de estimulación causa una pérdida de la anchura del hueso, seguida de una disminución de la altura y, por último, del volumen del hueso.Esta reducción del hueso trae consigo una disminución de la encía.
La pérdida de hueso avanza si los dientes no se reemplazan por implantes.
- A los 30 años: las estructuras faciales se encuentran apoyadas debidamente y con una proporción natural, manteniendo una apariencia juvenil.
- A los 45 años: la pérdida de los dientes provoca cambios estructurales sutiles como el hundimiento de las mejillas.
- A los 60 años: mientras la pérdida de hueso avanza, la reducción del soporte facial se a pronunciando. Las mejillas y los labios pierden su suporte y crean una estética mucho más vieja.
- A los 75 años: sigue la disminución continua del hueso y de la estructura de soporte de la cara y los tejidos blandos. El tercio inferior de la cara es dramáticamente más pequeño de lo normal, lo que proporciona una apariencia mucho más vieja.